martes, 17 de julio de 2012


I
Fulana de tal, te espero donde siempre, para hacer lo que nunca... procura no tardar más de lo necesario, porque sólo tengo una vida que no se cuanto dure...


II
Fulana de tal si no crees en el amor ¿qué más te da entregarme un poco de tu ciencia ficción?


III
Hay nostalgias que no vale la pena arrancarse porque ni se van y solo arrancan la piel y la entraña...


IV
Fulana de Tal, hoy he descubierto que no eres tal...


V
Por favor vete y deja mis poemas como estaban...


VI
Avísame cuando estés por hacer una idiotez para estar cerca, con suerte, te enamoras de mi...


VII
Fulana de tal, por favor háblame del amor, mira que tengo muchos días de no reírme... hasta que no tengas más que decir, háblame del amor que estoy aburrido...


VIII
Fulana de tal: Ese exceso de cordura era innecesario. Mejor me hubieras dejado bajo la lluvia, tal y cómo me encontraste... loco, soñador, amante, intacto... Pero siempre hay un cuerdo dispuesto a cortarle al loco las alas que nunca tuvo...


IX
Respeto tu teoría de que no puedes hacer el amor con un desconocido, así que te propongo que tengamos sexo como animales en celo y nos olvidemos de definiciones convencionales e inventemos otras para tu diccionario.

X
Fulana de tal: Que ganas de tomar té, tomarte, té de lamento... té de seo.. cualquier té pero tomar té, besar té, sentir té... té de extrañar... té...

XI
La próxima vez que hagas una promesa, piensa que algún idiota, como yo, puede tomarla en serio...


XII
¿Amor? No gracias, sólo que venga en tabletas masticables.


XIII
Me rompiste las alas... pero lo que no sabes es que he aprendido a volar sin ellas.


XIV
¿Lo que quieres es que te escriba un poema? - le dije - entonces vete, lárgate, déjame y verás que entonces sí te voy a escribir - concluí.
... y que se va... que se larga... que me deja...
y ahora no puedo dejar de escribirle cada noche, aunque lejos de ser poesía lo que le escribo, sean, mas bien, todas las maneras posibles del idioma de decir regresa.


XV
Fulana de tal: ¿Por qué me sigo jugando la vida
en cada poema que te escribo?
¿Por qué sigo extrañando ese beso único, entretejido en ayeres y sin fecha de caducidad?


XVI
¿A qué se debe que los parques no dejen de recordarme tus palabras?
¿Por qué hasta los árboles se acuerdan de las veces que dijiste no?
Sigues siendo aquel parque en el que dices que me quedé.
Yo camino, no sé hacer otra cosa.


XVII
Me dijo antes de irse: Tienes que vivir la vida , como si no supiera que por definición, la vida siempre se vive y por conjugación verbal obvia, siempre es uno el que la vive.


XVIII
El día que me perdone el haberte perdonado, entonces terminará la historia.

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